LA CULTURA DE LA PREVENCIÓN EN ARRENDAMIENTO
Mucho se habla en derecho de los procesos que nos ayudan a
salir de controversias que se suscitan a raíz de acciones u omisiones pero la
realidad es que la finalidad nunca ha sido que el hombre esté en constante
conflicto. En materia de arrendamientos se ha descuidado mucho la manera de
tutelar la relación entre arrendador y arrendatario de ahí nace la necesidad de
adquirir una póliza jurídica.
Realizar una buena investigación hacia los prospectos nos
ayuda a reducir notablemente el riesgo de tener a una persona incapaz de
cumplir las responsabilidades que conlleva el tener el usufructo de un bien
inmueble. Dicho esto, herramientas como la póliza jurídica proveen de seguridad
y certidumbre a las partes así mismo los asesores pueden estar tranquilos de
que gozan del respaldo de un equipo de abogados que velarán por los intereses y
salvaguardarán los derechos que vienen expresos en un contrato.
La recomendación es que permitan a los abogados realizar su
trabajo y que ellos sugieran asertivamente que decisiones tomar, nos hemos
encontrado con problemáticas que se pudieron haber solucionado por el simple
hecho de tener un intermediario ya que el contacto directo entre las partes
crea roces al pasar los meses, el permitir que un abogado se encargue del
diálogo deja en tranquilidad y sobre todo evita que se rompa la comunicación
que al final de cuentas causa que alguna de las partes se oponga a la
negociación terminando en juicio.
Otro aspecto a tomar en cuenta es jamás darse el lujo de
tener una relación de "amistad" con sus inquilinos, el modificar el
grado de respeto que tiene que haber se presta a malos entendidos o a un exceso
de confianza que al final del día nos dirige a que no se cumpla a cabalidad lo
estipulado en el contrato, no es saludable el crear un vínculo afectivo.
Es por ello que una póliza, garantiza jurídicamente y
humanamente los términos que quedaron asentados sobre el contrato inicial.