Arrendar un inmueble en ocasiones no es la experiencia más grata. Para los propietarios de un inmueble rentar puede generarles preocupación ya que corren el riesgo de incumplimientos y la posibilidad de verse envueltos en una contienda para recuperar el monto de las rentas no cubiertas o la posesión de su inmueble.

Entre otros problemas puede presentarse el abandono del inmueble, el uso indebido de la vivienda, la aparición de daños en la propiedad o la falta de pago en los servicios son otros de los posibles conflictos que afectan la estabilidad del arrendador. Todas estas situaciones pueden llevar a procesos jurídicos con honorarios de abogados excesivos.

En éste sector aún son muchos los arrendamientos que se firman todavía sin la intervención de un profesional donde la gestión se lleva a cabo directamente entre las dos partes, así, dadas las circunstancias el propietario se juega la integridad de su patrimonio en un volado.

Ante esta problemática, actualmente se cuenta con un método que permite prevenir de manera accesible y efectiva esos conflictos, la solución está en formalizar un contrato escrito en el que queden establecidas las condiciones del uso del inmueble tomando en cuenta la duración del contrato, monto de la renta, la forma de pago, así como los posibles daños a la propiedad. El objetivo del convenio está orientado a la prevención y solución de conflictos en el cumplimiento de las obligaciones adquiridas, protegiendo así los intereses tanto del arrendador como del arrendatario.

La mejor opción está en confiar en una entidad que no solo te represente y respalde, sino que gestione de manera responsable los riesgos a los que te expones como propietario y haciendo respetar al mismo tiempo los derechos del inquilino al construir mayor confianza entre ambas partes.

Si bien es cierto que siempre hay riesgos que correr a la hora de rentar una propiedad, la negociación y la resolución de conflictos a través de un profesional aligeran esta inquietud  permitiendo el cuidado de su patrimonio.